Nunca es tarde para redirigir nuestra carrera profesional
Suena tópico, pero la posibilidad de realizar un cambio en nuestra carrera profesional existe.
El paso más difícil es siempre el primero, pero una vez hayamos ganado inercia los siguientes sucederán en automático.
En mi condición de Headhunter digital, han sido varios los candidatos con una trayectoria “Off line” que me han preguntado cuál sería la mejor forma de incursionar en el ecosistema digital.
Lo primero que debemos decidir es hacia dónde queremos ir dentro del vasto océano digital. Si quieres tener una mejor visibilidad de sus players puedes consultarlos aquí.
Antes de comenzar un viaje debemos conocer el destino. O quizá…
Sólo necesitemos saber el rumbo
Les voy a contar una historia. En 2005 estaba visitando a unos amigos en Malmö, Suecia. Durante una fiesta en el departamento de uno de ellos, conocí a un irlandés. Antes de continuar, volvamos atrás en el tiempo para entender en qué punto se encontraba internet en el año 2005. Hacia un año que Facebook había nacido y YouTube veía la luz.
Conversando con aquel irlandés, un joven como lo éramos nosotros, descubrí que durante más de un año había estado recorriendo el mundo. Llegó a Suecia directamente desde El Cairo, en dónde se estuvo alojando en uno de los mejores hoteles de la ciudad.
Aquello me sorprendió, porque ni aquel tipo ni ninguno de los chicos de 26 años que estábamos en aquel departamento éramos el público objetivo de ningún hotel de 5 estrellas, así que le pregunté: – “¿A qué te dedicas?”
La respuesta que me dio fue la brújula que marcó mi rumbo durante los próximos años. Dar aquel primer paso no fue sencillo, llevó tiempo y por momentos llegué a dudar si llegaría.
Anhelaba la vida que él me describía, viajando de uno a otro confín del mundo, descubriendo nuevas culturas, países, personas y a veces permitiéndose lujos como el que ya he comentado en El Cairo. La realidad, no es que fuese un lujo buscado, necesitaba asegurarse una conexión a internet estable y en países como Egipto, en aquella época, eran pocos los lugares que lo ofrecían. También me dijo que trabajaba 3 horas al día, pero todos los días del año y me contó el reto que suponía conectarse los días que tenía que desplazarse. Todo aquello sonaba como música para mis oídos, decidí que mi vida fuera como la suya, quería hacer lo mismo.
Ahora que lo pienso, aún no he compartido cuál fue su respuesta ¿verdad?
Su hermano tenía una floristería en Irlanda y él había comenzado a estudiar desarrollo web por lo que se ofreció a crearle una página web. Aquel proyecto, le sirvió como taller de experimentación para poder desarrollar un foro sobre jardinería. En poco tiempo el foro creció hasta tener miles de participantes, por lo que decidió separarlo de la web de la floristería y generar ingresos con publicidad. Desde ese momento debía destinar una supervisión diaria para que la estructura no colapsará y para que los ingresos publicitarios llegarán de forma recurrente.
Se sembró en mí una semilla, quería desarrollar un medio digital, quería ser un Publisher y vivir de los ingresos publicitarios. Mis decisiones profesionales debían acercarme hacia aquella meta, de no ser así debía cambiar. Todo lleva su tiempo, el germinar de una semilla también, además como todos sabemos requiere de paciencia, cuidados y condiciones adecuadas. Éstas se dieron 4 años después, en 2009.
Trabajaba en el departamento de marketing de una consultora inmobiliaria. Un año antes, la crisis del ladrillo en España hizo que la compañía tuviese que realizar una restructuración de plantilla. Hubo una primera oleada de despidos y en el verano de 2009 se esperaba que más personas saliesen a engrosar las listas del desempleo.
Los más afectados fuimos los “no productivos”, es decir, las áreas de servicios centrales que según la visión de la empresa eran un centro de gasto y no generadores de ingresos. Escuchar directamente que me considerasen un gasto, supuso un acicate para tomar la decisión de solicitar mi despido. Hablé con el que entonces era mi jefe y le pedí que en caso de haber nuevos recortes me incluyera en ellos.
Prefería ser becario en Coca Cola y ser considerado productivo, a permanecer en un lugar en el que mi trabajo fuese un lastre.
Aún recuerdo, la sorpresa de la directora de recursos humanos cuando me ofreció mi liquidación. Le sorprendía, después de haberse reunido con otros en mi situación, mi optimismo y la sonrisa que enmarcaba mi cara. Tenía un plan y estaba recibiendo la forma de financiarlo.
Pusé en orden mis finanzas, tenía un año para cambiar mi rumbo. Aquel año fue muy intenso, no paré un sólo segundo. Mis conocimientos en el mundo digital eran limitados pero mi hambre por aprender era insaciable. Decidí que sobre todo me formaría haciendo.
- Creé un proyecto personal, un blog de marketing viral, investigué sobre posicionamiento SEO, link building y empleé todas las estrategias en redes sociales que se me ocurrieron para tratar de posicionarlo.
- Tomé todos los cursos gratuitos que pudé; de diseño gráfico, programación, etc.
- Invertí en una maestría de diseño web, en la que aprendí a utilizar Dreamweaver, algo de programación HTML y hojas de estilo CSS.
- Realizaba muchos experimentos, invertía mucho tiempo en aprender, pero necesitaba demostrarme qué podía hacer en un caso real. Hablé con un familiar y le propusé desarrollar la presencia online de su Gestoría Administrativa. Para mi sorpresa, los resultados llegaron con cierta rapidez, Gestoría Anitua aparecía de forma orgánica en las primeras posiciones con las palabras clave Gestoría Vitoria en Google. Incluso hubo quien se hizo eco de mis logros: Isopixel y Pablo Herreros.
- Diseñé y corrí campañas de Google Adwords para la Gestoría, eran muy pequeñas en presupuesto, pero me ayudaron a aprender más sobre la herramienta y sus posibilidades.
Adicionalmente, seguía yendo a entrevistas de trabajo, hacerlas era mi entrenamiento para cuándo llegará la oportunidad que estaba buscando. Y finalmente llegó.
La oferta era de media jornada, buscaban un perfil entre webmaster y online marketing manager que gestionará su inversión en los anuncios de Google que era bastante considerable. El salario era muy interesante, por 4 horas al día pagaban el doble de lo que suponían mis gastos. Además, el horario me permitía poder continuar con mis estudios.
No fui preparado a la entrevista, el bombardeo de preguntas demostró que no contaba con demasiada profundidad en mis conocimientos. Por un momento, pensé que era el fin, hasta que saqué mi carta secreta y a la pregunta:
– “¿Por qué crees que eres el candidato que necesitamos para esta posición?” – dije – “Lo haré por la mitad”.
La cara del entrevistador cambió por completo, su hostilidad inicial se disipó súbitamente y comenzó a acariciarse la barbilla.
Cuando me llamaron para la siguiente entrevista no cometí el mismo error, me preparé todo lo mejor que pudé. Realice un análisis de consultoría, indicando todas las mejoras que se me ocurrieron para el sitio: unificar el sitio en español e inglés bajo el mismo dominio, optimizar los objetos en el sitio, análisis de densidad de keywords, etc.
Me confirmaron que la posición era mía. He de confesar que en vez de alegría sentí un gran peso de responsabilidad sobre mis hombros, supongo que era un caso claro del síndrome del impostor, pero me conjuré para que aquella experiencia laboral fuera exitosa.
Imprimí todos los manuales de Google que estaban disponibles en la red para leerlos diariamente camino al trabajo. Cuando llegaba a casa veía todos los tutoriales disponibles en YouTube sobre Google AdWords. Así fue como di con la clave que me permitió optimizar todas sus campañas, las palabras clave negativas.
Logré los mismos resultados reduciendo la inversión, el presupuesto excedente lo invertí en campañas de Google Adsense. Los cursos de diseño y programación me permitieron crear los banners, que hasta la fecha son los que sigue usando en la empresa.
En 6 meses, un Headhunter del sector inmobiliario, que también estaba realizando su propia transformación a posiciones digitales, me contactó para ser Business Development Manager de una Adnetwork israelí. El motivo por el que se decantaron por mí, tuvo que ver con todo lo que había hecho el año anterior, mi perfil era mucho más heterogéneo y aportaba experiencia comercial y conocimiento en varias áreas digitales; SEO, Redes Sociales, Google Adwords, etc.
En ese momento consideré haber llegado al camino que deseaba, ya podía considerarme un profesional digital.
Pero ¿Qué tiene que ver todo lo que he compartido, con la conversación con el desarrollador irlandés en Suecia?
Nuestros sueños o metas deben ser flexibles, pueden mutar y transformarse a medida que avanzamos. No son un destino sino un rumbo. Pregúntate siempre si la decisión que estás tomando te acerca o te aleja de tu objetivo. Ese diálogo interior, esa negociación interna, hará que tu trabajo cobre significado y se llene de propósito.
Para mí cada paso, tuvo sentido. Aprender más sobre cómo generar tráfico a través de medios pagados o saber más sobre cómo monetizar un sitio, me acercaban a poder hacerlo mejor cuando fuera Publisher. Hay muchos factores por los que creo que no sucedió; un feroz aumento de la oferta sitios, incremento de la competencia de los medios para monetizar, sumado al descubrimiento de un nuevo mundo que me agradaba, hicieron que pospusiese o abandonase aquella idea.
A modo de reflexión final, si estás planteándote redirigir tu carrera profesional, me gustaría compartirte cuatro ideas:
- Prepárate. Aprende todo lo que puedas sobre el nuevo sector al que te dirijas, invierte tiempo investigando, pero sobre todo haciendo.
- Sé generoso. Comparte el conocimiento que vayas adquiriendo y busca un proyecto probono en el que poder aplicar lo que vayas aprendiendo.
- Negocia contigo mismo. Reduce tu ansiedad y estrés manteniendo un diálogo interior que te permita estar seguro de lo que estás haciendo. Date un plazo de tiempo para lograrlo y no te traiciones.
- El dinero llegará. A veces, pretender mantener el mismo nivel de ingresos sin aportar la experiencia específica requerida puede ser complicado. No te obsesiones con el salario, a menudo es un gran distractor. Si tienes el compromiso el dinero no tardará en llegar.
¿Quieres aprender más sobre cómo adaptarte a los cambios? Puedes leer este artículo para inspirarte sobre cómo hacerlo.
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